31 de marzo de 2010
30 de marzo de 2010
29 de marzo de 2010
28 de marzo de 2010
26 de marzo de 2010
25 de marzo de 2010
24 de marzo de 2010
23 de marzo de 2010
22 de marzo de 2010
21 de marzo de 2010
Los poemas del bloqueo de Luis Melgarejo
I HAVE LIVED MY LIFE ON THE EDGE OF NOTHING
Llega el tiempo cabrón de las mudanzas,
la rabia y los adioses, las putadas,
los palos del olvido y ya no entiendo
las voces del bazar ni las distingo
de la mirada cómplice de hoy tantos,
del triste disimulo del sicario.
Nosotros somos ellos en silencio.
Pero ¿por qué nosotros,
a que hermanar con nadie este delirio?
20 de marzo de 2010
19 de marzo de 2010
18 de marzo de 2010
17 de marzo de 2010
16 de marzo de 2010
15 de marzo de 2010
La Humillación de Philip Roth
Había perdido su magia. El impulso agotado. Jamás había fracasado en el teatro, todo cuanto emprendiera tuvo fuerza y éxito, y entonces sucedió lo terrible: no podía actuar. Salir a escena era un sufrimiento. En vez de tener la certeza de que estaría espléndido, sabía que iba a fracasar. Le ocurrió tres veces seguidas, y la última vez nadie estaba interesado, nadie acudió. No podía llegar al público. Su talento estaba muerto.
14 de marzo de 2010
13 de marzo de 2010
12 de marzo de 2010
Miguel Delibes (1920-2010)
Pero a Daniel, el Mochuelo, le bullían muchas dudas en la cabeza a este respecto. Él creía saber cuanto puede saber un hombre. Leía de corrido, escribía para entenderse y conocía y sabía aplicar las cuatro reglas. Bien mirado, pocas cosas más cabían en un cerebro normalmente desarrollado. No obstante, en la ciudad, los estudios de Bachillerato constaban, según decían, de siete años y, después los estudios superiores, en la Universidad, de otros tantos años, por lo menos. ¿Podría existir algo en el mundo cuyo conocimiento exigiera catorce años de esfuerzo, tres más de los que ahora contaba Daniel? Seguramente, en la ciudad se pierde mucho el tiempo -pensaba el Mochuelo- y, a fin de cuentas, habrá quién, al cabo de catorce años de estudio no acierte a distinguir un rendajo de un jilguero o una boñiga de un cagajón. La vida era así de rara, absurda y caprichosa.
El Camino (1950)
11 de marzo de 2010
10 de marzo de 2010
9 de marzo de 2010
8 de marzo de 2010
Elegía para un americano de Siri Hustvedt
A menudo he pensado que ninguno de nosotros somos quienes creemos ser, que cada cual concilia la terrible extrañeza que nos produce nuestra vida interior con todo tipo de mentiras que puedan convenirnos. No es que quisiera engañarme a mí mismo, pero comprendí que, bajo la persona que creía ser, había otra que vagaba por un mundo paralelo, un mundo del que Miranda me había hablado, por unas calles y entre unos edificios que no reconocía.
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