20 de enero de 2009

Allí donde debería habitar un tacto
o un cuerpo tendría que recordar
la cadencia de los días consumidos
sólo permanecen los sonidos atrofiados
de las voces antiguas
y ya no alcanzan las imágenes
a generar otra ilusión cierta.
En el pasado quedaron cautivas
las formas que hoy se muestran
y sin saberlo se pierden en el insomnio,
erráticas nada pueden decir
que no haya sido olvidado.

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