25 de septiembre de 2007

Estuve en aquellas noches
llevando mi futura memoria
de un lado para otro,
como queriendo olvidar detalles
que ahora me delataran,
amaneciendo en plazas desiertas
con el rocío de los bancos abandonados
escribiendo en mi espalda una fábula
que al llegar a casa se derrumbaba.
Habité un hogar
y me habitó una historia,
abracé
los andamios desprotegidos de la confusión,
los deseos,
el aire.

Pero el tiempo desordena
y quedan pocas gestas
que además no comprendo.
Las otras, las olvidadas,
no me las creo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

leo los poemas
y en todos encuentro
un inicio de carencia

en algunos se vislumbra una luz
en otros, una cierta complacencia

sufres?

Clamavi dijo...

No más que cualquiera.

Además no siempre los poemas provienen de realidades concretas.