27 de noviembre de 2006
Aunque hay constancias elementales
asegurando mis limitaciones
y andamios de papel
que me sujetan las manos
con una torpeza más propia
de afinidades caprichosas
que de una piel extinguida
en la proximidad de sus desequilibrios,
no puedo dejar de lamentar
el respeto que me tengo
ni olvidar el temor
de saberme sin él.
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