9 de octubre de 2006
















Detrás de las voces
se pronuncian mejor las palabras prohibidas,
lejos de la decencia, de sus sanciones,
de la repetición que las consume
y acostumbra a los oídos a escucharlas
malgastando su sonoridad virgen,
equivocando significados en distancias
que desaparecen bajo discursos
de interminables promesas.
A veces nombrarlas las hace ciertas,
las empuja a un nacimiento
sin constancia de saberse prohibidas.
A salvo de sí mismas se encomiendan
a una inocencia amenazada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, Oji e ignatium, qué buenos poemas.
Cada uno recogeremos vuestras palabras y serán nuestras para decirnos.

Julio.

Anónimo dijo...

Habrá que hacer un blog sólo con los comentarios,algunos lo merecen.